Deméter, divinidad griega de la tierra cultivada, es
esencialmente la diosa del trigo. Sus leyendas se han desarrollado en todas las
regiones del mundo helénico en que prospera este cereal. Sus lugares preferidos
son los llanos de Eleusis y Sicilia, pero se encuentra también en Creta, en
Tracia y en el Peloponeso.
Deméter, tanto en la leyenda como en el culto, se halla
estrechamente vinculada a su hija Perséfone, y las dos constituyen una pareja a
la que con frecuencia se llama simplemente «las Diosas». Las aventuras de
Deméter y Perséfone constituyen el mito central de su leyenda, mito cuya
profunda significación era revelada en la iniciación a los misterios de
Eleusis.
Perséfone es hija de Zeus y de Deméter, y, por lo menos en la
leyenda tradicional, la única hija de la diosa. Perséfone crecía feliz entre
las ninfas, en compañía de sus hermanas, las otras hijas de Zeus, Atenea y
Ártemis, y se preocupaba poco del matrimonio, cuando su tío Hades se enamoró de
ella y, con la ayuda de Zeus, la raptó.
Se da generalmente como lugar del rapto la pradera de Enna, en
Sicilia; pero el Himno homérico a Deméter menciona, con excesiva vaguedad, una
nueva ubicación, el llano de Misa, nombre mítico, casi desprovisto de sentido
geográfico. Otras tradiciones lo sitúan, ora en Eleusis, a lo largo del Cefiso,
ora en Arcadia, al pie del monte Cileno, donde se mostraba una gruta que pasaba
por ser una de las entradas que daban acceso a los Infiernos; ora, finalmente,
en Creta, en las proximidades de Cnosos.
En el preciso instante en que la
doncella cogía un narciso (o un lirio), la tierra se abrió, apareció Hades y
llevóse a su prometida al mundo de los Infiernos.
Desde este momento empezó para Deméter la búsqueda de su hija,
búsqueda que había conocido. Al desaparecer en el abismo, Perséfone ha lanzado
un gritó; su madre lo ha oído, y la angustia oprime su corazón. Al punto acude,
pero Perséfone no se encuentra en ninguna parte. Durante nueve días, con sus
noches, sin tomar alimento, sin beber ni bañarse ni ataviarse, la diosa va
errante por el mundo, con una antorcha encendida en cada mano. En el décimo día
encuentra a Hécate, que también ha oído el grito, aunque sin poder reconocer al
raptor, cuya cabeza rodeaban las sombras de la Noche. Únicamente el Sol, que
todo lo ve, puede informarle de lo ocurrido; pero, según una tradición local,
los habitantes de Hermíone, en Argólide, son los que le descubrieron al
culpable. Irritada, la diosa resolvió no volver al cielo y quedarse en la
Tierra, abdicando su función divina hasta que se le hubiese devuelto a su hija.
Adoptó entonces la figura de una vieja y se trasladó a Eleusis.
Sentóse primero en una piedra, que, en adelante había de ser conocida con el
nombre de ¨Piedra sin alegría¨; luego se dirigió al palacio de Céleo a la sazón
rey del país. Había allí unas ancianas, que la invitaron a sentarse con ellas y
una, Yambe, la hizo sonreír con sus bromas. La diosa entró luego al servicio de
Metanira, esposa de Céleo, en calidad de nodriza. El niño que le confiaron fue
Demofonte o, en ciertas versiones, el pequeño Triptólemo. La diosa trató del
hacerlo inmortal, pero no lo consiguió debido a la inoportuna intervención de
Metanira, y, dándose a conocer, dio a Triptólemo la misión de difundir por el
mundo el culto del trigo.
El voluntario destierro de Démeter volvía la tierra estéril, y
con ello se alteraba el orden del mundo, por lo cual Zeus ordenó a Hades que
restituyese a Perséfone. Pero esto no era ya posible; la joven había roto el
ayuno al comer un grano de granada durante su estancia en los Infiernos, lo
cual la ataba definitivamente. Hubo que recurrir a una transacción: Démeter
volvería a ocupar su puesto en el Olimpo, y Perséfone dividiría el año entre el
Infierno y su madre. Por eso cada primavera Perséfone escapa de la mansión
subterránea y sube al cielo con los primeros tallos que aparecen en los surcos,
para volver de nuevo al reino de las sombras a la hora de la siembra. Pero
durante todo el tiempo que permanece separada de Démeter, el suelo queda
estéril; es la estación triste del invierno.
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