Tuan fue, al poco tiempo, a devolver la visita del santo y le invitó junto a sus discípulos, a su fortaleza. Cuando le preguntaron su nombre y linaje su respuesta fue sorprendente: “Yo soy un hombre de Ulster”, dijo. “Mi nombre es Tuan hijo de Carell, pero una vez me llamé
Tuan hijo de Starn, hijo de Sera, y mi padre, Starn, fue el hermano de Partholan”. “Cuéntanos la historia de Irlanda”, dijo entonces Finnen, y así lo hizo. “Partholan, empezó, fue el primero de los hombres que colonizó Irlanda. Tras la gran peste sólo sobrevivió él, pues no hay nunca un exterminio del cual no sobreviva alguien para contar la historia”.
Tuan estaba solo en la tierra y fue de
fortaleza en fortaleza, de roca en roca, buscando refugio de los lobos. Vivió
de esta forma durante veintidós años, habitando en sitios deteriorados hasta
llegar a un gran estado de decrepitud y vejez. “Entonces Nemed, hijo de
Agnoman, tomó posesión de Irlanda-siguió diciendo Tuan-. El era el hermano de
mi padre y le vi desde el acantilado y me mantuve alejado de él. Yo llevaba el
pelo largo, estaba lleno de arañazos, estaba decrépito, horrible y miserable.
Entonces, una noche dormí y al despertarme me vi convertido en un hombre.
Volvía a ser joven y alegre de corazón. Fue en ese instante cuando canté la
llegada de Nemed y de su raza, así como mi propia transformación... ‘Tengo un
nuevo aspecto, una piel áspera y cabellos largos. La victoria y la felicidad
son fáciles para mí; no hace mucho tiempo yo estaba débil e indefenso’.
Tuan es el rey de todos en
Irlanda y así se mantuvo todos los días en Nemed y su raza. Él cuenta como los
hombres de Nemed navegaron a Irlanda en una flota de treinta y dos
embarcaciones de treinta personas cada una. Ellos se extraviaron durante una
año y medio y la mayoría de ellos perecieron de hambre y sed o por culpa de los
naufragios. Sólo escaparon nueve -el mismo Nemed con cuatro hombres y cuatro
mujeres-. Ellos llegaron a Irlanda y crecieron en número con el paso del tiempo
hasta ser ocho mil setenta hombres y mujeres. Luego, misteriosamente, murieron
todos. De nuevo la vejez y la decrepitud se apoderaron de Tuan, pero le
aguardaba otra transformación:
"Una vez estaba de pie en la entrada de mi cueva -aún lo recuerdo-
y supe que mi cuerpo había cambiado de forma. Era un jabalí y sobre ello canté
esta canción: ‘Hoy soy un jabalí..Hace tiempo que me sentaba en la asamblea que
juzgó a Partholan. Fue cantado y todo ensalzaba la melodía. ¡Cuán agradable fue
la tensión de mi brillante juicio! ¡Qué agradable para las mujeres jóvenes y
atractivas! Mi carro rebosaba majestad y belleza. Mi voz era grave y dulce. Mi
paso era rápido y firme en la batalla. Mi faz estaba llena de encanto. Y ¡hoy!
Me he transformado en un jabalí negro’. “Esto es lo que dije en el
convencimiento de que era un jabalí. Luego me volví joven de nuevo y me alegré
mucho. Yo era el rey de una manada de jabalís de Irlanda; y fiel a cualquier
costumbre, volví a ir a todas mis residencias y regresé a las tierras de
Ulster, pues era allí donde tenía lugar mis transformaciones cuando me venía la
vejez y el abatimiento, y esperé la renovación de mi cuerpo’.
Luego Tuan cuenta cómo Semion,
hijo de Stariat, se estableció en Irlanda, de quien descendieron los firbolgs y
dos tribus más que persistieron hasta tiempos históricos. De nuevo la vejez lo
invadió y las fuerzas le abandonaron y en él tiene lugar una nueva
transformación. Se convirtió en una ‘gran águila’, y volvió a disfrutar de
renovada juventud y vigor. Luego explicó cómo llegó el pueblo de Dana,
"dioses y falsas deidades de las que sabemos que los irlandeses, hombres
de conocimiento, surgieron". Después de ellos llegaron los hijos de Miled,
que conquistaron al pueblo de Dana. Duante todo este tiempo Tuan conservó su
aspecto de águila marina, hasta que un día, viendo que iba a sufrir otra transformación,
ayunó durante nueve días, y se apoderó de él un sueño y fue transformado en un
salmón. Él se alegró de su nueva vida, escapando durante muchos años de las
trampas de los pescadores, hasta que un día fue pescado y llevado a la mujer de
Carell, jefe del país. "La mujer me vio y me comió entero y de esta forma
pase a su matriz". De esta manera nació de nuevo y es Tuan, hijo de
Carell; pero la memoria de sus existencias pasadas y todas sus
transformaciones, toda la historia de Irlanda que él presenció desde los días
de Partholan todavía permanece en él y él enseñó todas estas cosas a los monjes
cristianos, quienes cuidadosamente las conservaron. Este cuento, con su
atmósfera de antigüedad y asombro infantil, nos recuerda las transformaciones
del galés Taliesin, quien también se transformó en águila y apunta a la
doctrina de la transmigración del alma, que obsesionaba la imaginación de los
celtas.
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